(Sesión del
día 11 de abril de 2012)
(Asiste una
delegación de la
Cámara Uruguaya de Gas Licuado de Petróleo)
(Nota: Los destacados y crusivas del texto responden al análisis del texto del Sindicato Único de Trabajadores del Supergas)
SEÑOR PRESIDENTE (Tierno).- Habiendo
número, está abierta la sesión.
(Es la hora 10:25)
—Damos la
bienvenida a la delegación de la Cámara Uruguaya de Gas Licuado integrada por su
Presidente, señor Edson Fuentes, su Vicepresidente, Carlos Rojas, Marcelo
Scavone, Técnico Prevencionista, Javier Martínez, Ingeniero y Gerente Técnico
de ACODIKE, y Alejandro Perroni, Vicepresidente de ACODIKE.
El día 14 de marzo la Comisión
recibió la visita del Sindicato de Trabajadores del Supergás. Ustedes tienen en
su poder la versión taquigráfica de esa reunión. En esa visita, los
trabajadores plantearon algunos temas vinculados a condiciones de trabajo y a
salud laboral.
Quiero destacar que la Comisión
tiene como método de trabajo solicitar la visita de la otra parte para conocer
su punto de vista sobre los hechos relatados por los trabajadores.
SEÑOR FUENTES.- Soy Presidente de la Cámara Uruguaya de
Gas Licuado y quiero comentarles que acá se encuentran representadas todas las
empresas del sector.
En el Uruguay existen tres
plantas de envasado: dos de ellas son administradas por GASUR, constituida por
dos empresas privadas son socias de ANCAP, y otra es administrada por la empresa MEGAL , que
hoy no pudo enviar a un representante, pero que integra la Cámara desde el año
pasado y está en contacto con nosotros.
Leímos la versión taquigráfica de la
reunión del día 14 de marzo y con el ánimo de aprovechar mejor los tiempos,
queremos dividir la problemática o, por lo menos, expresar nuestra opinión
desde dos líneas.
En la primera, queremos dar
respuesta al planteo de que existía plomo en las plantas de envasado. Para
ello, un equipo de expertos de una de las plantas va a mencionar dónde están
los focos de riesgo y las medidas que se han tomado.
Por otro lado, queremos desarrollar
lo relativo a salud ocupacional, las denuncias presentadas en el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social y la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social , las acciones que se están realizando, las
modificaciones que se han realizado desde los últimos Consejos de Salarios y la
incorporación de garrafas de menor peso, que fue una de las promesas que se
hizo en su momento y que hoy se está concretando. Vimos que en este aspecto hay
desinformación.
Para desarrollar el primer punto, es
decir, la situación del plomo, le cedo la palabra a Carlos Rojas, Gerente
General de ACODIKE, que nos va a dar un esquema general de esa situación en
particular.
SEÑOR ROJAS.- Muy buenos días.
Quisiera hacer una pequeña
introducción para enfocar el tema del plomo, y luego voy a pedir a nuestro
técnico prevencionista que desarrolle todos los pasos que hemos seguido en esta
problemática.
Quiero aclarar que en su composición
el gas licuado de petróleo no contiene plomo, sino propano y butano. En
nuestros procesos productivos, hemos aplicado las tecnologías que existen en la
fabricación de los productos utilizados y usamos todos los productos sin plomo.
El origen del plomo está en un pegamento que nosotros dejamos de usar hace más
de diez años. Luego, el señor Scavone explicará porqué hoy surge este problema
de la plombemia en nuestro proceso productivo de reparación de garrafas.
En el mes de setiembre, un
funcionario de nuestro taller de reparaciones nos alerta sobre un problema de
salud relativo al plomo. Se hizo un examen de plombemia y resultó que tenía un
contenido superior a lo normal. A partir
de allí hemos trabajado con el Sindicato, con los delegados de la planta y con
los del taller. Se nos pidió extender los exámenes a otros funcionarios y
nosotros entendimos que era correcto. En algún momento hubo alguna duda sobre
el origen de ese plomo por el lugar en el que habita esta persona, pero
nosotros accedimos y apoyamos ese procedimiento. Es más: confirmamos que había
un problema dentro del taller con algunos otros funcionarios a los que les
había dado un contenido alto.
En una reunión que mantuve
personalmente con la
señora De Armas , que es delegada del taller de reparaciones,
y con el señor Carlos Villero, en aquel momento delegado de los trabajadores de
la planta, propuse que fuéramos socios en el problema y en la solución. Así que
hemos trabajado con ellos en nuestra comisión bipartita de salud atacando el
problema. En la Cámara informamos a cada una de las empresas y cada una de
ellas, de acuerdo con su forma de trabajo y con su proceso productivo de
reparación de garrafas, ha ido trabajando con ello.
Voy a dar la palabra al señor
Scavone, procurando identificar bien el problema, es decir, por qué aparece hoy
un producto que hace más de doce años que no se utiliza en la empresa, y en
general, más de diez. Hemos venido tomando medidas en conjunto con la Inspección General
del Trabajo y de la Seguridad social. En varias oportunidades han concurrido
los Inspectores y se ha trabajado conjuntamente con ellos y con los
trabajadores.
SEÑOR SCAVONE.- Buenos días a todos.
Quiero mencionar que esta es la
tercera vez que estamos informando aquí en esta Comisión. La primera fue el 13
de mayo del año 2010 y la segunda fue el 16 de marzo de 2011. Deseo expresar mi
reconocimiento a esta Comisión por el seguimiento que está realizando en este
tema.
Para hacer un recuento del tema planteado,
sobre el que estaba informando Carlos Rojas, en setiembre del año pasado un
funcionario del taller constató que poseía niveles de plomo en la sangre
superiores a lo normal. Esos resultados
se habían dado en el marco de estudios que le estaba realizando el Banco de
Seguros del Estado, y como estaban por debajo del límite, que es de treinta
microgramos de plomo por decilitro de sangre, el Banco desestimó el caso. De
todos modos, en la empresa se comenzaron a realizar estudios de plombemia a
otros funcionarios, y en los primeros momentos arrojaban niveles muy bajos.
Sin embargo, en diciembre del año
pasado nos enteramos, al mismo tiempo que esta Comisión, que a una funcionaria
del taller de válvulas le había dado un nivel por encima de los límites internacionales,
que para el caso de mujeres en edad reproductiva es de diez microgramos por
decilitro de sangre. A partir de ahí, se han tomado una serie de acciones en
conjunto con los trabajadores que, al día de hoy, nos permiten asegurar que el
problema está bajo control, como ahora se verá en el detalle de las acciones
llevadas a cabo.
Cuando en el mes de diciembre se
tomó conocimiento de este resultado de la trabajadora del taller, lo primero
que se hizo fue una reunión con los trabajadores para compartir información
sobre la problemática y las posibles fuentes de origen, y acordamos acciones a
tomar. Dentro de ellas estaba, por ejemplo, el monitoreo, por parte de
especialistas contratados, de los sectores potenciales en los que podía darse
la presencia de plomo. Estos monitoreos
se realizan en aire y en muestras personales por medio de bombas de aspiración que se colocan a las
personas con un sistema de captación del aire a la altura de las vías
respiratorias. Al mismo tiempo, se extendió la muestra en sangre a más
funcionarios.
Lo más importante es establecer que
la fuente del plomo es el litargirio. Eso fue identificado y ha sido
comprobado. Esta sustancia es óxido de plomo en polvo y se usó en ACODIKE, como
decía el señor Rojas, hasta el año 1999, es decir que es un producto que hace
prácticamente trece años que no ingresa como materia prima en la planta. Se usaba en una
mezcla con glicerina para sellar la válvula de la rosca.
Aquí trajimos un par de muestras
para ser gráficos. Esta que pueden observar es la válvula que va enroscada en
la garrafa, en la que cada usuario conecta después su reguladora. El sello
entre la rosca de esta válvula y la de la garrafa hasta el año 1999 se hacía
con esa mezcla de litargirio y glicerina. En el año 1999 se dejó de hacer con
ese producto, como consecuencia de investigaciones que veníamos desarrollando
en la empresa con ese producto. Nos llevó unos cuantos años sustituir ese
producto, si bien el problema lo teníamos identificado y lo veníamos
trabajando.
Se probaron distintos materiales,
como cinta de teflón, también se trajeron materiales del exterior para probar,
porque ya se tenía la intención de eliminar este producto del proceso. Recién
en el año 1999 se logró obtener las características de seguridad necesarias,
con un producto llamado Loctite. No podemos dejar de recordar que esta es la
válvula de un envase de gas combustible a presión. El Loctite, que
se viene usando desde el año 1999, es un producto que no tiene ningún efecto
sobre la salud de las personas. ¿Por qué hoy, en el año 2012, estamos hablando
de este tema, si el producto fue eliminado en el año 1999? Porque las garrafas
son recalificadas cada doce años y, cuando esto se hace, se retira la válvula y
se hacen una serie de ensayos. La válvula también es recalificada cada doce
años. Al retirar la válvula, quedan restos de ese litargirio en la rosca, y al
manipularse esta válvula en el taller de reparación de envases, existe la
posibilidad de que se desprendan estos restos, y a pesar de que hace doce o
trece años que el producto no es utilizado, reaparece en el lugar de trabajo.
Además, esto hay que circunscribirlo
a los últimos dos años. Como decía, desde el año 2010 venimos informando sobre
los temas de salud en estas plantas. En 2009 las plantas fueron evaluadas por
el Departamento de Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina. Allí estuvo un
equipo de médicos con el doctor Fernando Tomasina al frente, que realizó un
informe. En aquel momento, este tema no estaba presente porque recién a partir del año 2010,
en cumplimiento de un decreto de asignación marcaria, se pasó a procesar una
cantidad mucho mayor de envases de lo que usualmente se procesaba. Además, las
compras de envases de los años 1996
a 1999, que estarían en el vencimiento de las repruebas,
eran mayores a los de los años anteriores. Se pasó de hacer 300 envases diarios
a 1.200, por lo cual en estos últimos dos años, 2010-2011, lo que antes era un
proceso que implicaba menos cantidad de garrafas, menos cantidad de válvulas y
menos cantidad de personas expuestas, se vio fuertemente impactado. Ese es,
entonces, el origen del producto. Esto que estoy informando fue corroborado en
los estudios realizados en las plantas.
Como decía, en el mes de diciembre,
ni bien fue identificado, se hizo una reunión de la comisión de seguridad
bipartita con los trabajadores acordando las acciones, se hicieron
capacitaciones sobre estos temas y se comenzó con los monitoreos. Los
monitoreos en aire que se hicieron en los lugares en los que se manipulan estas
válvulas en todos los casos dieron muy por debajo de los estándares
internacionales.
En este caso, quiero destacar
también que Uruguay toma estándares de los más avanzados. Uruguay toma
estándares de la CGIH, que es la Conferencia Americana
de Higienistas Industriales que anualmente los actualiza y los va ajustando. |Este
es un gran logro que ha conseguido el país a partir de la aprobación del
Decreto Nº307; anteriormente, manejábamos estándares obsoletos, de la década
del ochenta. Pero hoy ‑reitero que desde la aprobación del Decreto Nº307‑ se
manejan los estándares internacionales de cada año.
Todas las mediciones en aire
realizadas en los lugares de trabajo se analizaron en la Facultad de Química;
todos los análisis de plomo se hacen en esa Facultad, cuyo laboratorio está a
habilitado y certificado a nivel nacional por Salud Pública e
internacionalmente por el CDC de Estados Unidos. Los análisis de las muestras
ambientales arrojaron resultados muy por debajo de los límites internacionales.
También se tomaron muestras personales ‑que son aquellas que se hacen colocando
una bomba de captación sobre la persona, con un filtro a la altura de las fosas
nasales‑, que dieron positivo, por encima de los límites, específicamente, en
el taller de reparación de válvulas, que es donde se hace el mantenimiento de
estas válvulas. Ese fue el único sector en el que los valores dieron por encima
de los límites de exposición internacionales vigentes hoy en día. Como decía
previamente, estamos manejando una medición objetiva de plomo en aire en ese
taller.
En paralelo, se fueron haciendo
análisis de plomo en sangre. Ya se hicieron unos dieciocho, pero llevan
bastante tiempo. La muestra va a alcanzar unas treinta personas. De los
análisis organizados por la empresa, en cinco casos se obtuvieron niveles por
encima de los límites internacionales. Los cinco casos estaban circunscritos al
taller de reparación de válvulas. En los otros sectores analizados los niveles
estaban por debajo de los estándares internacionales. De este modo, se
identificó y se focalizó la fuente de origen de la posible contaminación.
Estos resultados datan del 22 de
febrero. Ese día se hizo otra reunión con el personal, con la doctora en
química que estaba llevando adelante los muestreos y con la médica del SUAT,
especialista en salud ocupacional, que contratamos para que analizara todo este
tema en conjunto con los trabajadores. A partir de ese momento, se tomaron una
serie de medidas, entre las que estuvo la limpieza total del sector de trabajo.
El plomo tiene diferentes vías de ingreso: la respiratoria y la digestiva, a la
que llega por ingesta de alimentos o de mate. Se tomaron medidas relativas a la
protección de los trabajadores en los diferentes aspectos. Se utiliza
protección personal de vías respiratorias; mamelucos descartables, para evitar
la contaminación de la ropa; cofias y guantes. Además, se implementaron medidas
de higiene en el lugar de trabajo.
Paralelamente, la doctora comenzó a
hacer evaluaciones clínicas de cada trabajador. Estamos hablando de niveles
que, si bien en algunos casos están por encima de los 30 microgramos por
decilitro de sangre en los hombres, no llegan a los 40 microgramos por
decilitro de sangre, o sea que aún los niveles en sangre son bajos y no hay
síntomas específicos asociados. Eso muestra que hubo una identificación precoz
del problema. Más allá de eso, la doctora comenzó a trabajar en una evaluación
médica y clínica de cada uno de estos trabajadores, a efectos de hacer un
seguimiento y un análisis de posibles afectaciones a su salud. Además, la idea
era apoyarlos desde el punto de vista médico en todo este proceso.
Es importante destacar también que
desde el año pasado ‑en particular, desde enero‑ todos estos temas vienen
siendo manejados con la
Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social
del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Todos los meses recibimos
inspecciones del Ministerio. Se nos solicita información acerca de las
mediciones y la hemos presentado ante esa Cartera. En determinados casos, se
nos ha pedido una ampliación de las muestras y se ha cumplido con eso. En
cuanto a las personas cuyos análisis dieron por encima de los límites
establecidos, sus casos fueron presentados ante el Banco de Seguros del Estado,
o sea que ese organismo también fue oportunamente informado de la situación.
El pasado 22 de marzo se terminaron
los trabajos de fabricación y se puso en funcionamiento algo que había sido
analizado y acordado con los trabajadores y con la Inspección General
del Trabajo y la
Seguridad Social : una nueva máquina automática de cuyo
funcionamiento hablará el ingeniero Martínez. Yo adelanto que la finalidad que
tiene es limpiar las válvulas, de modo de evitar que los restos de litargirio
lleguen al taller de envasado y, por ende, a las personas que trabajan en la
reparación de las válvulas. O sea que desde el pasado 22 de marzo tenemos
funcionando una máquina que elimina el problema que ocasiona el litargirio en
las válvulas.
SEÑOR MARTÍNEZ.- Como se explicó, se ha
implementado una maquinaria específica para hacer la limpieza de la válvula en
la forma más adecuada posible, que se consideró con los trabajadores. La
intención es que el problema sea erradicado definitivamente de nuestra planta
El señor Scavone mencionó que el
problema persiste desde aquellos años en las válvulas. Nosotros habíamos
implementado diferentes sistemas de limpieza, que no resultaron efectivos. Los
trabajadores tampoco los consideraban adecuados. Realmente, el problema de la
limpieza no se había resuelto. Pero en aquellos momentos procesábamos
cantidades ínfimas de garrafas ‑300 por día‑ y el problema no se evidenciaba en los trabajadores.
Recién se advierte a partir del procesamiento de las grandes
cantidades, que se da desde 2009.
Se reconoce el problema y se lo
localiza. Por métodos científicos se hacen las medidas que encargó el técnico
prevencionista. Los especialistas en química detectan el foco y se identifica
que las personas que tocaban las válvulas estaban aspirando restos de
litargirio. Frente a esto, encontramos como solución que la manipulación de la
válvula se hiciera cuando esta estuviera limpia, libre de restos de litargirio.
Teníamos que lograr que la válvula se limpiara antes de entrar al taller, que
es un lugar cerrado, de dimensiones similares a las de esta sala.
Ahora, el proceso se realiza en un
lugar exterior, distante al taller, con una máquina totalmente automática. Un
trabajador que cuenta con todos los elementos de seguridad correspondientes
entra a la sala, que es ventilada, y coloca la válvula limpia en una mordaza
que la toma. La
máquina la ingresa automáticamente, la hace girar contra un cepillo que limpia
toda la rosca y un ventilador de aspiración muy potente aspira el polvo de
litargirio y lo deposita en una serie de filtros adecuados para la recepción de
este tipo de sólidos. Luego, estos filtros son colocados en tarrinas de
plástico para su disposición final, de acuerdo con lo que determinen las
autoridades competentes.
Esto es lo que se está implementando
desde fines de marzo. Ya está funcionando con éxito. La limpieza de la válvula
es total. Consideramos que con esto está terminado el problema, pues la válvula
sale en muy buen estado e ingresa limpia al taller donde está la gente que
estuvo afectada, que ya no esta expuesta a un foco de contaminación.
SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Los trabajadores tienen algún
contacto directo con el residuo de la válvula que queda dentro de la máquina o
eso pasa de la máquina a la tarrina?
SEÑOR MARTÍNEZ.- Vuelvo a explicarlo.
Eso se depone. Trajimos de
Norteamérica filtros especiales a esos efectos. El flujo de polvo aspirado
circula por un ducto cerrado y pasa a un sistema de filtros que capta los
residuos sólidos. Estamos hablando de polvo; al cepillar la válvula con un
cepillo de alambre se produce un polvo fino. Eso se deposita en un filtro que
queda contenido en ese ducto. Toda la operación se realiza de esa manera. Se
libera aire limpio al ambiente exterior. También monitoreamos el estado en que
sale el aire.
El polvo queda contenido en el
filtro que, mensualmente ‑estimamos que esa será la autonomía de resistencia
del filtro‑, deberá ser depuesto y sustituido por otro nuevo. Cuando se vaya a cambiar el filtro, la
máquina no estará funcionando, y un trabajador, con todos los implementos de
seguridad que detalló el técnico prevencionista ‑guantes, tapabocas, etcétera‑,
la abrirá y manipulará el filtro, para colocarlo en bolsas de nailon y en
tarrinas de plástico que son selladas hasta su disposición final. Ese es el
procedimiento de trabajo que está programado.
SEÑOR PRESIDENTE.- Todavía no se ha dado completo.
SEÑOR MARTÍNEZ.- No, porque la máquina empezó a
funcionar a fines de marzo.
El diseño de la máquina fue
realizado con una empresa que automatiza este tipo de procesos. Es todo
automático. El trabajador lo único que hace es apretar dos botones a la vez al
momento de colocar la válvula sucia, para que no haya ningún riesgo de
atrapamiento ‑es un procedimiento común en este tipo de maquinarias‑ y, cuando
retira la válvula, lo que demanda unos quince segundos, lo hace con guantes y
todas las protecciones que corresponden para hacer ese trabajo.
SEÑOR SCAVONE.- Hoy, desde las primeras horas de
la mañana y durante toda la jornada, de nuevo se están haciendo las mediciones
de aire que, en su momento, nos permitieron identificar la fuente del
contaminante. Estamos repitiendo las mediciones con las mismas químicas. Los
análisis se van a hacer en la Facultad de Química. Queremos ver la efectividad
de esto. Desde el diseño pensamos que esta es la solución al problema. El sistema
de aspiración que explicó el ingeniero Martínez, con los filtros y demás, nos
asegura que el ambiente de trabajo no se contamine, pero vamos a verificarlo
con las mediciones que se están haciendo hoy y que se reiterarán la semana
próxima. Se monitorea el ambiente de trabajo y también a las personas.
Lo mismo se está haciendo en el
taller, porque desde fines de marzo las válvulas ya no llegan allí con restos
de litargirio. Vamos a hacer nuevas mediciones para verificar la efectividad de
estas medidas.
Por otra parte, después de la
licencia de la construcción, que se dio en Semana Santa, el lunes 9 de abril
comenzaron los trabajos de construcción de un nuevo taller de válvulas. Es una
medida complementaria que se tomó, que consiste en cambiar totalmente el lugar
donde se hacía este trabajo. Si bien se había limpiado y se había pintado, se
acordó con los trabajadores cambiar totalmente y antes de ayer comenzamos la
construcción de ese nuevo local exclusivo para esta tarea. Como será edificado
de cero, nunca habrán ingresado válvulas con restos de litargirio y, por ende,
este problema estaría totalmente controlado.
SEÑOR ROJAS.- Vamos a referirnos a las
condiciones laborales vinculadas con el peso de la garrafa y a las medidas que
ha tomado la industria al respecto.
SEÑOR PERRONI.- Soy Vicepresidente de Acodike
Supergás.
Al inicio se mencionó la
presentación de los trabajadores y a mí me gustaría poner en contexto tres
temas que me parecen muy importantes, pues tienen que ver con la salud
ocupacional. El primero es que el
resultado de mucho de lo que se ha hecho en este último año no ha sido por
generación espontánea. Ustedes fueron partícipes de aquella situación
conflictiva importante, que tenía un componente salarial y uno de salud
ocupacional.
Es importante resaltar que todo lo
que se ha hecho en este tiempo ha sido es en el marco de lo acordado con los
trabajadores en los consejos de salarios. Quiero recordar que como consecuencia
de esa negociación y de ese acuerdo vigentes se mejoraron los procesos, se
incorporó personal a través de un nuevo turno ‑con lo cual la carga individual
de trabajo disminuyó mucho‑, se eliminaron las horas extra en toda la industria
‑tema no menor‑ y, como representantes empresariales, nos comprometimos a
trabajar en la disminución del peso de los envases, independientemente de que
no hay ninguna norma que nos obligue a ello.
Todas las empresas integrantes de la
Cámara empezamos a buscar posibles proveedores de envases. Por primera vez
conseguimos que una fábrica del exterior
fabricara para el mercado local ‑un mercado pequeño‑ garrafas que tuvieran una
tara igual o menor a 12 kilos. Esto permite que el envase final lleno pese 25
kilos, o menos. Conseguimos una fábrica muy importante en Turquía, que implicó
una fuerte negociación, que es la que provee gran parte de las garrafas de gas
licuado que se utilizan en Alemania. Esto fue producto del desarrollo de
proveedores para que Uruguay y las empresas no quedáramos condicionadas a un
solo proveedor.
Volvimos a hablar con nuestros
proveedores habituales de Brasil para que tuvieran acceso a ese proceso
productivo y para obtener acero con la calidad que permitiera llegar a ese
valor. Hoy podemos decir que todas las garrafas que está incorporando la
industria para esta zafra ‑más de cincuenta mil unidades‑, están ingresando al
mercado con una tara igual o menor a 12 kilos.
Estamos hablando de la incorporación
de todo lo adicional. Esto va a ir
mejorando progresivamente el parque de garrafas, la salud ocupacional ‑etcétera‑,
teniendo en cuenta que las autoridades nos piden no afectar el precio final del
producto a la
población. Ese es el primer concepto que queríamos marcar.
Reitero que todo lo que hemos venido
haciendo está en el marco de los acuerdos de los consejos de salario. Para
nosotros es un logro muy importante que en tan poco tiempo hayamos podido
incorporar estas garrafas en el sistema.
El segundo punto importante refiere
a las inversiones que a través de Gasur SA ANCAP ha realizado en la planta de
Acodike y está realizando en la planta que administra y gestiona RIOGAS.
En general, cuando se habla de estos
cambios en las plantas y en los procesos productivos lo primero que uno
piensa es en la mejora de productividad
que cualquier tecnología nueva produce. Los cambios tecnológicos en las plantas
administradas por Gasur SA tienen un componente fortísimo de mejora en salud
ocupacional, desde la cantidad de traslados automáticos de envases que se
incrementa notoriamente en todas nuestras plantas hasta la mejora del sistema de
carga a través de la incorporación de telescópicos y mejoras importantes en las
condiciones ambientales de trabajo.
También se suma a este cambio lo
acordado en los consejos de salario con relación a la cantidad de personal y
turnos con los que estamos trabajando, el cambio en los procesos y la
disminución del peso de la
garrafa. Esto es una mejora muy importante en el sector.
Nuestra relación con ANCAP ha tenido
una presencia muy fuerte respecto las inversiones asociadas a la salud
ocupacional en la industria.
El tercer asunto, que no es técnico
ni es objetivo, pero que queremos resaltar como empresa en el caso de Acodike y
como industria a través de la Cámara, es la actitud. Cuando
apareció el problema específico de la presencia de plomo, ni las empresas ni la
Cámara miró para el costado o trató de decir: "No, acá no pasa nada".
No; automáticamente las empresas, a través de la representación tripartita ante
el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, tomó una actitud proactiva, en
forma conjunta con los trabajadores, en buscar técnicamente la fuente del
problema, preocuparse por la solución y
hacer un monitoreo permanente. Aunque este tema resulte obvio, igual es
necesario recalcarlo: somos los primeros interesados en la salud de los
trabajadores y en que este sistema, las empresas y este sector de trabajo día a
día mejoren sus condiciones, niveles de rendimiento y llegada en las mejores
condiciones a todos los hogares uruguayos. Nos parece relevante trasmitir la
importancia que tiene para nosotros esta actitud, que no es puntual y que
pensamos mantener como mecanismo de trabajo conjunto de las empresas con sus
sindicatos, con la participación activa del Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social que, como decía Scavone, ha estado permanentemente monitoreando nuestros
acuerdos y trabajos. Cualquier otra cosa que se entienda que debe ser
analizada, estudiada y que las empresas deban accionar, allí estaremos para
llevarla adelante.
SEÑOR ROJAS.- Desde el miércoles de la semana
pasada estamos recibiendo los envases y esta semana estarían saliendo al mercado. Hemos recibido
los primeros embarques de Brasil y sobre fin de mes recibiremos los
provenientes de Turquía. Estos envases son el resultado de la aplicación de nuevas
tecnologías en la fabricación.
La fábrica de Turquía aplica
técnicas muy avanzadas en el tratamiento del hierro. La industria metalúrgica
internacional ha desarrollado hierros más resistentes y livianos, que hacen
posible que podamos trabajar para brindar soluciones.
SEÑOR MARTÍNEZ.- Desde hace dos años se viene
trabajando con los técnicos de la inspección técnica de ANCAP, que son
especialistas en recipientes a presión. Conjuntamente con ellos estuve en una
Comisión que participó en un comité técnico sobre las normas UNIT, donde
estuvieron todas las autoridades en la materia: Facultad de Ingeniería, URSEA,
Asociación de Ingenieros y todos los técnicos pertinentes en la materia para
reformular la norma. Ese
proceso comenzó en el año 2010; en una primera etapa se logró incorporar una
chapa más resistente, logrando bajar el peso. Eso es muy reciente.
La industria de gas licuado en 2004
empezó a incorporar en Europa este tipo de recipientes llamados ultra livianos
y en Sudamérica no hay avances. En América del Sur debemos ser pioneros
respecto a la adquisición de estos envases con este peso. Obviamente, fue
necesario adecuar la norma ya que todos los envases deben de ser iguales, y
esto lo voy a recalcar porque es muy importante. Los envases de gas licuado de
petróleo en Uruguay son de 13 kilos y son los que generan inconvenientes a los
trabajadores cuando se superan los 25 kilos. Por tanto, debíamos lograr un
envase de 12 kilos y a eso nos abocamos. El diseño ya estaba definido ya que la
forma debe ser siempre igual para que los procesos de envasado no sean
alterados y no se cambien los tamaños de los camiones, la distribución y ni
todo lo que ello implica.
Cambiar el tamaño de un envase es
algo muy elevado desde el punto de vista de la inversión. Lo que
teníamos que hacer era copiar el envase de la misma dimensión pero que,
prácticamente, pesara dos kilos menos. En 2001 se había hecho una primera
incorporación con una disminución en el metal de 2, 4 milímetros, y de ahí no se había pasado. En
aquel momento, los técnicos consideramos que era el límite, de acuerdo con las
chapas disponibles en el mercado; con esto se logró tener, promedialmente,
garrafas de 14,5 kilos.
Con esta nueva incorporación de
chapas, que aparecen en Europa desde 2004 en adelante, logramos reformular la
norma vigente y aprobar el nuevo diseño, testeado con las fábricas turcas y
brasileras. Además, fue aprobado por la Facultad de Ingeniería y por las
autoridades que integran el comité de UNIT; retire que en forma conjunta se
reformuló la norma, permitiendo que los envases tengan un mínimo valor de
reducción de espesor de dos milímetros. Estos dos milímetros son los que hacen
posible que la garrafa pese 12 kilos.
Tenemos chapas de más de dos
milímetros ‑generalmente están en el entorno de 2,2 milímetros‑, con una
distribución de tara centrada en los 11, 800 kilos. Hay una compra de Acodike
de 21.000 mil garrafas, de los que 13.000
envases pesan 11,800 kilos, más-menos, 200 gramos .
Eso es lo que permite que tengamos
disponibles garrafas de 12 kilos de peso. El proceso se consideró culminado y
es uno de los grandes temas resueltos desde el punto de vista de la carga
Como se ha dicho, los tres puntos
son importantes: las plantas, la reducción horaria de trabajo y este último,
que es exclusivamente técnico y muy importante desde el punto de vista
tecnológico para la industria.
SEÑOR FUENTES.- Entrego formalmente a la
Comisión el resumen de los puntos que hemos abordado, con algunos certificados
de lo que han expuesto los técnicos.
SEÑOR PUIG.- Hemos tratado de seguir con
mucha atención la exposición.
El ingeniero Martínez señalaba, con
relación a las nuevas garrafas, que quedaba resuelto el tema de la carga. Al mismo tiempo
habló ‑es lo que quiero corroborar‑ de un ingreso de 50.000 mil garrafas.
Quisiera saber cuál es el proceso de reposición de garrafas, es decir, si se
está refiriendo a 50.000 mil garrafas por año. Si hablamos de un
"stock" de dos millones de garrafas y si ingresaran 50.000 unidades
por año, llevaría cuarenta años cambiar la totalidad de las garrafas. Quisiera
saber si se trata de una reposición de cincuenta mil garrafas nuevas por año o
si están pensando en que sean muchas más.
El segundo aspecto que quería
consultar es si todas las plantas están operando con esa máquina que quita los
restos de litargirio.
SEÑOR PERRONI.- El número estimado a incorporar
al sistema es de 60.000 envases. Algunas empresas todavía no han resuelto la
cantidad de envases que van a comprar, y no todos los años será igual.
El parque de garrafas en Uruguay
está en el entorno de los dos millones de envases. Cuando hablamos de encarar
la solución del problema ‑creo que el ingeniero Martínez lo expresó así‑,
aludimos a que estamos trabajando en un conjunto de cosas. Me refiero a los
acuerdos de horario con los trabajadores, a los acuerdos de la cantidad de
turnos, a los acuerdos de no realizar horas extra en el sector, a las
inversiones en la mecanización de las plantas en los sistemas de trabajo, a los
sistemas de monitoreo y ejercicios de salud ocupacional que tienen las plantas
en funcionamiento y a la incorporación de envases con menor peso. Creo que
debido al desarrollo del propio mercado se van a ir cambiando progresivamente
más envases, pero hay una realidad que ya fue analizada en su momento: si se
quisiera solucionar el problema solo por el peso de los envases, Uruguay
tendría que hacer una inversión muy elevada. De
todos modos, creo que en estos temas no hay una única solución al problema. Hay
un mecanismo de trabajo conjunto desde distintos ángulos, y no es un patrimonio
exclusivo de Uruguay, sino que es lo que están haciendo las empresas de gas
licuado en la mayoría de los países. Es decir, están buscando sistemas que
paralela y progresivamente vayan cambiando los envases. Me parece importante
destacar que no hay ningún país en el mundo que haya hecho un cambio de envases
completo. Todos los cambios en las características, peso y estructura de los
envases, en todos los mercados, se realiza progresivamente. Eso fue lo que
acordamos en forma tripartita: trabajar en las medidas de tiempos, en la
inversión tecnológica y en la incorporación de envases al sistema de menor
peso.
La expectativa de la industria es
que año a año pueda incorporar mayor cantidad de envases de estas
características. Nos resulta importante seguir haciendo hincapié en que estos
temas tienen un tratamiento conjunto y no centrado únicamente en el peso de los
envases.
SEÑOR ABDALA.- Mientras
el señor Perroni hablaba yo recordaba que recientemente ‑creo que fue en el
período pasado, en el Gobierno que encabezó el doctor Vázquez‑ se reguló desde
el punto de vista administrativo el peso y los límites en las cargas
transportadas por los trabajadores que incluyó
‑si no recuerdo mal‑ las bolsas de portland y otros rubros de la
actividad industrial y comercial. ¿Qué pasó específicamente en esa instancia
con las garrafas de supergás? Lo pregunto porque es una laguna que tengo, no sé
si esa fue una regulación de carácter general o para un sector en particular.
De todos modos, me parece que hace a la regulación normativa de este tema.
SEÑOR SCAVONE.- Como bien dice el señor Diputado
Abdala, en el año 2007, el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, a
través del Decreto Nº 423 reguló el peso máximo para algunos
productos. Tengo aquí una copia del decreto, que voy a leer textualmente. Dice
así: Artículo 1º).-Dispónese que la bolsa de portland, de harina, de azúcar, de
arroz y aquellas que contienen productos de la huerta, no podrán superar los 25 Kg ., salvo que se disponga
de medios mecánicos para su movilización y manipulación". El referido
decreto se restringió a los productos antes mencionados; la garrafa de supergás no está considerada en
dicha limitación, y lo que rige es el Decreto Nº 406, de 1988, que establece un
límite de 55 kilos para productos de manipulación.
Más allá de eso, desde hace dos años
se viene trabajando para bajar el peso de los envases.
SEÑOR MARTÍNEZ.- Con respecto a los dos millones
cien mil envases que existen hoy, quiero hacer una acotación respecto al peso.
Creo que debe constar en el decreto en el que se acotaba cargas en el entorno
de 55 kilos.
Cuando hablamos de los dos millones ciento veintiún mil garrafas de 13 kilos que hay circulando en el mercado, debemos decir que hoy tenemos una distribución de taras que se da de la siguiente manera. Un millón y medio de garrafas, cuando están llenas, pesan 28 kilos; estas son las primeras garrafas y tienen un peso promedio de 15 kilos. Esto es totalmente verificable porque contamos desde el momento en que se hizo la transferenciay el
remarque de los envases tomamos el peso de los recipientes, y estos datos se
encuentran en los sistemas de cada empresa
Cuando hablamos de los dos millones ciento veintiún mil garrafas de 13 kilos que hay circulando en el mercado, debemos decir que hoy tenemos una distribución de taras que se da de la siguiente manera. Un millón y medio de garrafas, cuando están llenas, pesan 28 kilos; estas son las primeras garrafas y tienen un peso promedio de 15 kilos. Esto es totalmente verificable porque contamos desde el momento en que se hizo la transferencia
Doscientos veinte mil garrafas ‑las
nuevas, del año 2004 en adelante, a las que hice referencia‑ tienen un peso
promedio de 27,5 kilos, conformadas por 14 kilos de peso del envase y 13 kilos
de contenido. Además, hay una pequeña cantidad de garrafas que pesan entre 29 y
30 kilos, que fueron fabricadas en Brasil en los años 1994 a 1999.
Esto conforma los dos millones cien
mil envases que tenemos hoy en plaza. Estamos hablando de garrafas que nunca
pesan más de 30 kilos llena. ¡Ninguna pesa más de 30 kilos llena! La mayoría,
en promedio, tiene 28 kilos. Estamos diciendo que hoy se están incorporando
sesenta mil envases nuevos que van a pesar 25 kilos de que estamos hablando y
que el peso no está reglamentado en ningún lugar que sea necesario.
Me interesa remarcar ese tema para
reiterar lo que se ha dicho respecto a que el interés de las empresas es buscar la salud
de los trabajadores, y que eso está por encima de lo reglamentado. En ningún
país del mundo se dice que las garrafas tienen que pesar menos de 25 kilos. Acá
tampoco se dice, pero nosotros sí lo estamos haciendo.
SEÑOR FUENTES.- Con respecto a la máquina de
pulido, fue preparada en ACODIKE y cotizada para las demás plantas. Si esa
máquina es la que da la solución para que los trabajadores no tengan contacto
con este material, va a ser replicada en cada una de las plantas.
El proceso productivo de la planta
de ACODIKE es diferente a los procesos de pulido de válvulas que existen en las
plantas de Riogas y de MEGAL. El sector de pulido está más aislado del proceso
de corrección de válvulas y es más esporádico; no es permanente. Eso no elimina
el riesgo pero sí determina que el proceso sea absolutamente diferente. No
obstante, la máquina va a ser replicada porque es lo que corresponde hacer.
SEÑOR OLIVERA.- Cuando hablamos de s garrafas
que pesan 29 kilos nos estamos refiriendo a trescientos ochenta mil
recipientes. Según la cuenta, y si es el remanente no es un número menor, ¿la
nueva incorporación tiende a eliminar esas trescientas ochenta mil garrafas o
las que estén en peores condiciones, independientemente del peso?
SEÑOR PERRONI.- Sin ánimo de entrar en
discusiones técnicas, el recambio de las garrafas tiene que ver con su estado
de conservación y su capacidad para cumplir con el fin. Lo que resulta claro es
que las garrafas que tienen más problema son las más antiguas que, a su vez,
son las que tienen mayor peso. Lo que va a pasar en el mercado es que en forma
progresiva se va a ir incorporando estas garrafas de menor peso y,
presumiblemente, las que salgan del sistema sean las más antiguas y las que
tengas mayores problemas que, en general, debería ser en una proporción
importante las de mayor peso.
SEÑOR PUIG.- Muchas gracias por las
respuestas, ya que me permiten tener un panorama más exacto de la situación.
La solución al peso de las garrafas ‑se
plantea que es integral y lo comparto‑ no es lo único; hay que buscar medidas
alternativas ya que no se trata solamente del peso. Me queda claro que lo que
se planteaba como la solución al peso de la carga va a llevar cuarenta años,
aproximadamente. Me refiero al recambio del actual parque de garrafas.
Me parece importante que se esté
trabajando, pero también que se ubique en sus justos términos cuáles son los
plazos con los que estamos trabajando, porque los trabajadores están levantando
pesos de más de 25 kilos que, independientemente de que el decreto no lo
establezca a texto expreso. Cargar más 25 kilos es nocivo para la salud del
trabajador, y no es algo restringido a las bolsas de portland o de harina.
Imagino que un trabajador que durante años baja garrafas cargadas de cuatro
hileras de un camión, o que las sube dos o tres pisos por escalera en algún
tendrá problemas serios. Reitero que Me preocupa que el proceso de recambio de
envases demore cuarenta años. Por tanto, para mí, este tema no está resuelto.
Me parece importante que hayan
aclarado que la máquina que limpia el litargirio de las válvulas se emplea en
una sola empresa y no todas. Es bueno que esta situación quede clara. Saludo la voluntad de llevarla a todas las
plantas, pero hay que expresar con toda claridad que los trabajadores otras
plantas que se dedican a reclasificación de las válvulas siguen expuestos a un
producto que provoca plombemia. Esto hay que decirlo para que la Comisión lo
tenga claro.
Considero que es importante invitar
a la
Comisión Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social
para poder seguir trabajando sobre estos temas.
El señor Scavone planteaba que es la
tercera vez que la
Cámara Uruguaya de Gas Licuado participa en esta Comisión. Yo
recuerdo que la primera reunión fue en mayo de 2010 y allí los trabajadores
habían hecho referencia a un estudio del Departamento de Salud Ocupacional de
la Facultad de Medicina, que aquí también se
mencionó. Nosotros, en ese momento lo teníamos, y pudimos analizar en
cada una de las áreas de trabajo de las empresas de Supergás los serios
estudios que había realizado dicho Departamento; en ellos se establecían las
dificultades y problemas de salud que provocaban determinados procesos de
trabajo.
Los trabajadores habían denunciado
algunas situaciones, por ejemplo, la planta de arenado, la exposición al
thinner, el sobre esfuerzo físico, pero en la visita que nos hicieron algunos
integrantes de la Cámara de Gas Licuado ‑consta en la versión taquigráfica‑
relativizaron algunas afirmaciones y negaron otras
La visita realizada por esta
Comisión conjuntamente con integrantes de la Inspección General
del Trabajo y de la
Seguridad Social y los trabajadores demostró, desde mi punto
de vista, demostró la certeza de las afirmaciones de los trabajadores. Tanto es
así que en una de las plantas de la empresa MEGAL nos encontramos, en parte de
arenado, que había una persona trabajando con arena a presión en una pieza de
tres por tres ‑ustedes conocen el proceso‑; él tenía una especie de escafandra
para, teóricamente, protegerse. Cuando se quitó esa supuesta protección,
parecía que el trabajador había sido rociado con arena.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social entendió que había que clausurar esa área, y a la semana lo hizo.
Nosotros saludamos la seriedad con que ha trabajado el sindicato respecto al
planteo de situaciones que, tal vez, deberían haber atendido las empresas.
Desde mi punto de vista no se debería haber esperado la Inspección del
Ministerio para clausurar ese sector.
Es cierto que los procesos de cambio
que se están realizando ‑según los trabajadores insuficientes‑ no son por
generación espontánea; son producto de un trabajo sistemático que ha hecho el
sindicato, informándonos a nosotros, al Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social y a la Facultad de Medicina. Hemos enviado las versiones taquigráficas
al Ministerio de Salud Pública, y nos siguen preocupando algunas cosas.
Es cierto que los valores
internacionales que se manejan como límite de plomo es de 30 microgramos por
decilitro de sangre, pero en las mujeres en edad fértil se manejan 10
microgramos. Según plantea el sindicato hay estudios y análisis realizados en
mujeres en edad fértil que trabajan en las plantas que están por encima de 20
microgramos por decilitro. Entonces, yo creo que estamos ante una situación
complicada. Existe buena voluntad y la saludo, pero estamos ante un problema
serio de salud ocupacional, que habrá que ver cómo avanzamos en ese proceso
integral que ustedes mencionaban. Reitero que tenemos un problema serio.
La situación que hoy está planteada
para los trabajadores, sin generar ningún tipo de alarma, es realmente
preocupante. En ese marco habrá que seguir trabajando mucho con la
participación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Esta Comisión va a
seguir trabajando en ese sentido pero, sinceramente, existe preocupación sobre
el tema.
Quisiera remarcar que desde mi punto
de vista los procesos son extremadamente lentos. No estoy haciendo un juicio de
valor sobre intencionalidad, porque estoy seguro de que ustedes tienen la misma
convicción acerca de la necesidad de que los trabajadores estén en un ambiente
de trabajo seguro, pero reitero que los procesos son lentos para los
trabajadores que están expuestos a sobre esfuerzo físico y para los que están
en contacto con elementos que provocan plombemia. El no contacto se corrigió en
una planta, pero de cualquier manera los trabajadores estuvieron expuestos
durante muchos años. En otras plantas ni siquiera se ha avanzado en ese plano.
Quiero marcar con absoluta claridad que me preocupa el estado de situación y
que nos parece que el planteamiento y la
denuncia que hicieron los trabajadores ‑con la seriedad que le dieron y con la
documentación que tenían‑ es una forma
de trabajar en consonancia con el movimiento sindical uruguayo, que tiene razón en estar preocupado porque van a
pasar muchos años más en los que los trabajadores del Supergás seguirán
expuestos al sobrepeso, al litargirio y a otras situaciones que se han
planteado.
SEÑOR ABDALA.- Solo voy a hacer algunas
consideraciones generales acerca de todo lo que hemos escuchado. Me perdí la
primera parte de la sesión porque estaba en la Comisión de Hacienda, a la que
asiste el Ministro de Economía y Finanzas, pero advierto que llegué a tiempo,
porque todo lo que oímos resulta suficiente para extraer algunas conclusiones iniciales,
aunque no definitivas, porque este es un tema de análisis permanente. Desde ese
punto de vista, tanto con relación a estas empresas como con respecto al
mercado de trabajo en general, la cuestión reclama un seguimiento estable y
constante.
La información que hemos recibido y
las versiones que hemos recogido por parte de la Cámara Uruguaya de
Gas Licuado de Petróleo nos generan una gran tranquilidad, repito que no en la
perspectiva de que no ha pasado nada y de que está todo bien, sino en la de
que, por lo pronto, hay conciencia de lo que se debe hacer, de que se dieron
determinados problemas que pusieron en riesgo la salud ocupacional o generaron
una situación de alerta que fue reconocida por las empresas y de que, en
acuerdo con los trabajadores ‑por lo que aquí se ha dicho‑, se ha venido
trabajando en la dirección de introducir correctivos y medidas que conduzcan a
una mayor calidad de trabajo y a un mejoramiento de la situación. Advierto
que el problema se reconoció, que se determinó, se focalizó, se aisló o se
tomaron medidas a esos efectos, y que se siguen adoptando para mejorar la
situación.
Me da una gran tranquilidad que el
Estado intervenga en esto directa o indirectamente a todos los niveles; han
intervenido la
Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social ,
el Banco de Seguros del Estado y la Universidad de la República a través de la
Facultad de Química. Creo que sería interesante ‑está dentro de las potestades
de la Comisión e implicaría incorporar antecedentes que nos serían de enorme
provecho‑ que le pidiéramos información a todos estos organismos que, desde una
u otra perspectiva, tienen competencia en este asunto. Y hay un gran actor al
que me parece que también deberíamos convocar: ANCAP, que es socia de las
empresas aquí presentes.
Debo decir con toda honestidad que
fui Director de ANCAP y que tengo un concepto muy elevado de las empresas
distribuidoras de supergás porque las vi trabajar en un momento en el que ANCAP
era reguladora del mercado, porque no existían las entidades reguladoras. Creo
que tanto Acodike como Riogás, DUCSA ‑que es ANCAP distribuyendo supergás‑ y
Megal, que está en un proceso de desarrollo y crecimiento, porque hace poco que
está en el mercado de las garrafas de 13 kilos, se han ganado un merecido
prestigio en la sociedad uruguaya a través de un servicio que han sabido
prestar con calidad; creo que esto lo reconocen la sociedad en su conjunto y
los consumidores en general.
Yo diría que ANCAP es tan
responsable de esta situación como las empresas que están aquí presentes, y
mucho más ahora, particularmente en los aspectos que tienen que ver con el
envasado. En el pasado, las empresas envasaban y distribuían por sí y para sí,
utilizando las plantas del Estado; ahora utilizan las plantas del Estado, pero
envasan en sociedad con ANCAP, a través de GASUR, y después distribuyen por su
cuenta. De manera que de todo esto son tan responsables Acodike, Riogás y DUCSA
‑que es ANCAP en el derecho privado‑ como la propia ANCAP ente
autónomo. En función de todo esto, ANCAP es un actor que no debe faltar a la
hora de conocer las opiniones y valoraciones con relación a todos estos
aspectos.
En lo que tiene que ver con los
temas vinculados con el peso de las garrafas, creo que por supuesto hay que
seguir trabajando en esa dirección. Advierto que también me queda la sensación
de que hay mucha conciencia del problema de parte de todos los actores, es
decir, de quienes deben regular ‑como el Ministerio y la Inspección General
del Trabajo y la
Seguridad Social ‑ y de quienes deben actuar, que son los
empresarios y los trabajadores.
También recojo el criterio de que
estas medidas implican la complementación de distintas alternativas que se
adoptan, que suponen una solución integral de los problemas, que necesariamente
debe ser gradual. Cuando los trabajadores estuvieron aquí trasmitieron la
opinión del Presidente de ANCAP, señor Raúl Sendic, en el sentido de reconocer
que solucionar estas cosas en forma radical y abrupta implica asumir
determinados costos que, en última instancia, termina pagando toda la sociedad,
porque no necesariamente hay que pensar que esto lo van a asumir las empresas
privadas. No es así; nos guste o no, así funciona el mercado y así funciona el
capitalismo en el que está inmerso el Uruguay en este momento, y en la prestación de
servicios en competencia, cuando se incrementan los costos, inexorablemente, se
traslada a los precios, que bastante altos están, sobre todo, desde el día de
ayer, cuando aumentaron los combustibles, próximo al advenimiento del invierno,
y el kilo de
supergás aumentó su precio.
En esa perspectiva y con un sentido
de realismo, entendiendo que estas soluciones no son voluntaristas, creo que se
vienen dando pasos en el concierto de una actividad que está un poco más o un
poco menos alineada con los estándares internacionales y con lo que pasa en el
mundo donde esta actividad se cumple con seriedad y con apego a las normas de
calidad y de respeto por el medio ambiente y por las condiciones de trabajo.
Por otra parte, así están catalogadas las empresas que distribuyen supergás en el Uruguay en el mercado
internacional y a nivel de las organizaciones internacionales que nuclean a las
empresas de gas licuado; la Comisión puede constatar esta información en
cualquier momento.
Estas son las consideraciones que
quería hacer, con el talante de reconocer que dificultades hay, que se debe
seguir trabajando, que se debe continuar tomando medidas y ‑en esto coincido
con lo que han expresado los colegas preopinantes‑ que esta Comisión debe estar
encima del tema e invitar a que comparezcan aquí actores, a efectos de
solicitarles informes. Me refiero, particularmente, a los actores públicos, a
los que tienen que controlar y también a ANCAP, que cogestiona esta actividad
con las empresas privadas aquí presentes.
SEÑOR VIDALÍN.- En lo personal, deseo felicitar
a quienes hoy nos visitan, que siempre están prestos a concurrir a esta
Comisión. Esta es de esas delegaciones que no se hacen esperar, que trabajan en
equipo y en las cuales denotamos mucha preocupación por la salud laboral de los
obreros. En ese sentido, quiero destacar muchísimo la tarea del técnico
prevencionista Scavone, del ingeniero Martínez y de todo el Directorio, por el
compromiso con la tarea que cumplen.
Indudablemente, somos de los que
siempre aspiramos a que haya mejores relaciones laborales y, en lo personal, si
no mencionara esta valoración, no sería justo conmigo mismo. Por eso, felicito
y agradezco vuestra comparecencia. Deseo que se siga trabajando en estos
términos.
SEÑOR OLIVAR MÉNDEZ.- Adhiero a las
palabras de los Diputados Abdala y Vidalín.
Hace un año estaba en esta Comisión
y la realidad era mucho más oscura que ahora. En un año se avanzó en cuanto al
peso de las garrafas y en otros aspectos. Sé que la proyección es a cuarenta años,
pero en este país todas las proyecciones son a cuarenta, veinte o quince años.
Coincido en que este Directorio ha
demostrado voluntad. En un año se han hecho cosas positivas. La plombemia es
una epidemia que no solo está en sus empresas, sino también en muchos barrios
de Montevideo y Canelones. Si en un año se pudo avanzar, estamos por el buen
camino.
SEÑOR PUIG.- Voy a hacer alguna reflexión,
pero no final, porque dado el estado de situación, seguramente vamos a seguir
intercambiando opiniones con la Cámara y con el sindicato.
Yo aspiro a un país en el que las
proyecciones sobre la salud de los trabajadores no sean a cuarenta años, sino
que sean objeto de una mejora permanente, porque ese es un aspecto fundamental
para el país y para las empresas.
Creo que en estas empresas tenemos
dificultades. Lo digo por las respuestas que se nos han dado y por el modo en
que se ha ubicado el tema; nadie puede decir que estamos ante la panacea. Insisto
en que no estoy haciendo juicios de valor ni juzgando actitudes; trato de
ubicar una situación de acuerdo con la objetividad posible.
Ahora estamos todos de acuerdo en
que la proyección para el recambio del parque de garrafas es a cuarenta años;
por otro lado, se habla de soluciones integrales. Yo me pregunto si la Cámara
tiene disposición para trabajar sobre reducciones horarias permanentes.
Teniendo en cuenta el problema de la carga, ¿se a trabajado en algunos
convenios? Eso se ha discutido en algunos momentos y es uno de los aspectos a
tratar. ¿Qué otras alternativas se plantean con respecto al peso de las
garrafas si la proyección es tan larga? Hay trabajadores que siguen expuestos a
productos como el litargirio, que provoca la presencia de plomo en la sangre.
¿Cuáles son los planteamientos que la Cámara piensa que podría mitigar estas
condiciones de trabajo? Hablo de estas áreas, pero podría referirme a otras;
por eso digo que tendremos que seguir conversando. Hay problemas en varias
áreas, no solo en aquellas a las que nos estamos refiriendo.
¿Cuál es esa forma integral de
trabajar ante una situación en la que los trabajadores deberán seguir haciendo
un sobreesfuerzo físico durante tantos años? ¿Qué se plantea en cuanto a
reducción horaria y demás? ¿Hay un planteo para mantener en el tiempo? Consulto
si hay ideas al respecto porque aquí se ha hablado de soluciones integrales.
SEÑOR PERRONI.- Voy a volver a hacer referencia
a los acuerdos alcanzados en el Consejo de Salarios. Yo voy a hablar de Acodike
Riogás, que trabajaba con un turno de trabajo más horas extras y, en algunos
casos, con un segundo turno en épocas de zafra, y que hoy trabaja todo el año
sin horas extras y con un segundo turno de trabajo permanente. En términos
generales, lo que se hizo producto del acuerdo fue prácticamente duplicar la
cantidad de trabajadores, pero el mercado y la cantidad de garrafas que se
carga no cambió. O sea que la exposición de la gente que trabaja a la carga
disminuyó de forma muy importante, no quiero decir a la mitad, porque las cosas
no son proporcionales, sino que están asociadas a la forma de trabajo. Esta
actitud no se tomó en un momento, sino que quedó determinado de forma
permanente para el funcionamiento de las plantas a partir del acuerdo
alcanzado con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con ANCAP en el cierre
de las negociaciones y con el compromiso de estas empresas de mantener esa
forma de trabajo a lo largo del tiempo. Además, se realizaron inversiones en
las plantas para contar con automatismos que nos permitieran, con el doble de
trabajadores, disminuir la cantidad de movimiento y de carga efectiva.
Por todo esto me resultaba
importante no contestar algunas cosas ‑creo que no es nuestra tarea‑, sino dar
nuestro punto de vista respecto del comentario de que vamos lento.
Probablemente, todos tengamos percepciones distintas, pero a todos nos gustaría
tener los problemas solucionados ayer. Yo comparto que todos lo sentimos así.
Pero creo que no hemos ido lento. Ese duro y dificultoso acuerdo en el Consejo
de Salarios anterior produjo resultados muy relevantes para todas las partes y,
sin duda, para el sindicato, porque se ha aumentado la ocupación en las plantas
y ha disminuido la carga de trabajo de manera importante.
Además, en este período de menos de
un año se terminó la remodelación de la planta de Acodike y están finalizando
las incorporaciones tecnológicas en la de Riogás ; me refiero a las incorporaciones
específicas para el sistema de cargas a través de telescópicos. En este proceso
se logró algo que todos sabemos que en Uruguay no resulta sencillo, que fue una
aprobación a través de UNIT. Lo menciono porque no se trata solo de salir a
comprar garrafas de menos de 25 kilos; hubo que cambiar, de acuerdo con todos
los equipos técnicos, la norma de fabricación e importación de garrafas que
estaba vigente en el país. No fue un proceso sencillo.
No estamos planteando aquí el mundo
perfecto, ni siquiera el mundo deseado, pero sí el compromiso de las empresas.
Creo que vamos solucionando los problemas a una velocidad importante. No lo
estamos haciendo solos; estamos discutiendo con nuestros sindicatos. Creo que
eso es importante repetirlo; es un cambio muy relevante respecto de la
situación de confrontación que estaba planteada el año pasado. Estamos
discutiendo y trabajando estos temas de forma bipartita en cada una de las
empresas, viendo las situaciones en el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, porque para nosotros es relevante.
El compromiso de las empresas ‑al
que se refería el Diputado Puig‑ está en continuar trabajando en este camino,
en ver todos los mecanismos que se pueden usar. Dentro del marco regulatorio y
dentro de la estructura del sector que las empresas puedan gestionar, vamos a
buscar todos los mecanismos para que la salud ocupacional y las relaciones
laborales continúen mejorando. Este es nuestro punto de vista.
SEÑOR FUENTES.- Me pareció que el Diputado Puig
podría haber malentendido algo que dije o quizás no me expliqué bien.
Sé que en las plantas de Megal y de
Riogás, las válvulas que tienen ese producto antiguo están siendo dejadas de
lado por lo que pasó, y estamos a la espera del conocimiento que adquiera
Acodike para implementar algunas medidas al respecto.
En el caso específico de Riogás ‑que
es la planta que yo dirijo‑ la cotización de esa máquina se está realizando.
Pero insisto en que el Ministerio visitó las tres plantas y que ha pedido
información sobre cada una de ellas, pero el proceso productivo es diferente;
por lo tanto, la exposición ‑que existe, no lo negamos‑ es distinta. En las
plantas de Riogás y de Megal no hay casos denunciados formalmente; no obstante,
a partir de lo que ocurrió en Acodike, como estamos coordinados como Cámara,
monitoreamos la situación en conjunto.
Voy a hacer otra precisión, porque
hay algo que ya le he escuchado decir dos o tres veces al Diputado. En la
planta de Megal, que el año pasado no integraba la Cámara, se usaba arenado
para el proceso de pintura. Eso no existe en las plantas de Acodike y Riogás,
que son socias de ANCAP; nosotros jamás usamos arenado. Megal era una empresa
muy informal; en la Cámara siempre lo dijimos y una de las denuncias era esa.
Nosotros celebramos mucho que el Ministerio clausurara esa parte del proceso.
En eso queremos estar en conjunto. Nuestros procesos productivos están avalados
y regulados por la URSEA, por ANCAP y por el Ministerio en forma constante.
Nosotros no nos movemos en forma autónoma. Como industria, estamos trabajando
para modernizarnos. Celebramos que Megal se haya integrado a la Cámara Uruguaya de
Gas Licuado y, a partir de ahí esté copiando o replicando las cosas que
estimamos correctas.
SEÑOR ABDALA.- A título informativo, tengo entendido que Megal, además de
que se incorporó a la
Cámara Uruguaya de Gas Licuado, ha cambiado la composición de
su paquete accionario. Es decir, ha iniciado una nueva etapa desde el punto de
vista de la conducción empresarial. ¿Es así?
SEÑOR
FUENTES.- Así es. Nosotros la
hemos integrado porque entendemos que hay profesionales y empresarios
responsables. Nuestra postura como Cámara es que la industria modernice su
situación y comparto que así es; lo ha hecho en forma acelerada desde hace
aproximadamente cinco años. Se han incorporado más de trescientas mil garrafas
al mercado; se redujo su peso, lo que no es fácil, y las inversiones realizadas
en las plantas de Acodike y RIOGAS son de tecnología de punta. Se están
incorporando telescópicos que harán que se reduzca a la mitad el movimiento que
realizan los trabajadores; eso se puede certificar. Los telescópicos son unos
puentes que se meten en el camión absolutamente. Por tanto, el trabajador lo
que hace es bajar la garrafa al piso, hoy día es absolutamente diferente. La
cantidad de movimiento que se realiza en esta industria es el que hay que
reducir. El foco debe estar centralizado en la cantidad de movimientos
realizados más que en el peso, porque los estándares nacionales así lo
demuestran. El peso es preocupante, nosotros hemos incorporado tecnología de
punta para reducirlo, pero nuestra experiencia nos indica que es la cantidad de
movimiento lo que se debe disminuir. Los telescópicos es el primer paso que el
país da hacia eso. Luego, vendrán otras tecnologías, donde se mueven doce o
quince garrafas solas. Pero esos son los pasos siguientes en esta industria.
SEÑOR PUIG.- Para tranquilidad del señor Fuentes, nosotros estamos
perfectamente informados de que la inspección de trabajo va a todas las
plantas. Yo me refería a otra cosa totalmente distinta. Lo que dije es que,
salvo en una planta, en las otras hay exposición al litargirio. Eso es lo que
dije, porque salvo en una planta, no han incorporado esas máquinas que
plantean. No dije que el Ministerio no hubiera inspeccionado; sabemos
perfectamente que la inspección se ha realizado.
Lo que dije
es que hay presencia de litargirio en esas plantas.
SEÑOR
FUENTES.- Quedamos a
disposición de la
Comisión. Agradecemos la instancia para poder dar nuestro
punto de vista.
SEÑOR
PRESIDENTE.- La Comisión agradece
vuestra presencia. Es un tema en el que vamos a seguir trabajando.
(Se retira de sala la Cámara Uruguaya de
Gas Licuado de Petróleo)
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