lunes, 26 de noviembre de 2012

25/11 / RUMBO AL CONCEJO DE SALARIOS



En 2013 unos 800.000 trabajadores negociarán salarios. El Pit-Cnt afirma que el Ejecutivo debe controlar las ganancias de las empresas y no los salarios para contener la inflación. Advierte una ronda "dura" y con los trabajadores "movilizados".
El Pit-Cnt considera que el gobierno se equivoca al intentar contener las subas salariales para moderar su impacto en la inflación, que en el año cerrado a octubre alcanza el 9,1%.
La central de trabajadores afirma que los salarios tienen una influencia mínima y le exige al gobierno atender otros factores con el mismo énfasis, como el remarque de precios y los márgenes de ganancia de las empresas.
A mediados del año próximos unos 800.000 trabajadores de diferentes ramas de la actividad (servicios, metalúrgica, frigoríficos, rurales, entre otros) deberán negociar salarios. A la luz de lo ocurrido esta semana en la que el gobierno vetó el acuerdo salarial alcanzado por los trabajadores de la bebida por excederse de las previsiones oficiales, los sindicatos ya velan armas.
"A nosotros no nos condiciona más nada que el programa que levanta nuestra central y cómo se van a desplegar las reivindicaciones de los trabajadores. Acá hay una negociación compleja porque las cámaras empresariales ya están anunciando sus posturas y el gobierno interviene con su preocupación por la inflación. Compartimos la preocupación del gobierno pero criticamos el sesgo excesivamente salarial de la misma cuando no se manifiesta preocupación alguna por los márgenes de ganancia que tienen distintos sectores empresariales a los que les ha ido muy bien", dijo a El País el coordinador del Pit-Cnt y dirigente de la Untmra, Marcelo Abdala.
Para la negociación del año próximo el Pit-Cnt comenzó a pertrecharse. El Instituto Cuesta Duarte preparará un informe sobre los márgenes de ganancia de las empresas y la fijación de precios en cada uno de los diferentes eslabones de la cadena productiva. Señalan que es difícil acceder a la información, pero esperan terminarlo antes de abril para que sirva de insumo en la ronda de negociación.
"Para combatir la inflación, más que moderar los aumentos de salarios, hay que mirar cómo se garantiza el consumo de un pueblo a través de otra ingeniería de las cadenas productivas. La contribución del salario a la inflación es mínima y el año que viene los trabajadores debemos prepararnos para una negociación muy dura y compleja. Desarrollaremos acciones para fortalecer los sindicatos en todo el primer semestre del año que viene. Que no subestimen a los trabajadores movilizados, incidimos y mucho a la hora de negociar", advirtió Abdala.
Reclamó que el Instituto Nacional de Estadísticas "le eche un ojo" a la formación de precios. "Los fasoneros del pollo dicen que es la industria la que define precios hacia atrás y hacia delante de la cadena. El precio que le pagan al fasonero no tiene nada que ver con el precio de mercado. La ganancia de las empresas debe ser parte de la ecuación. Si el gobierno quiere controlar los salarios y los precios, necesariamente tiene que controlar la ganancia de las empresas", afirmó.
En el mismo sentido se pronunció Milton Castellano, director del Instituto Cuesta Duarte. "Nosotros no cedemos. En un momento de crecimiento de la actividad económica hay que mejorar los salarios más sumergidos. En Uruguay hay cientos de miles de trabajadores que ganan menos de 14 mil pesos. Con un sueldo así no pueden recalentar la economía. En la próxima ronda los convenios deberán tener un crecimiento real importante para esos sectores sumergidos", dijo a El País.
Afirmó que si bien la inflación preocupa, tampoco puede utilizarse como "un cuco" que obstaculice la distribución del ingreso. "Que un experto me explique en qué le cambia la vida a la gente una inflación de 7% o de 9%", desafió Castellano. Dijo que cada punto de crecimiento del salario incide 0,2% en la inflación. "El problema no son los salarios sino el remarque de precios permanente de las empresas. Muchas remarcan antes de los ajustes de salarios. Puede pasar que se contengan los salarios y que la inflación siga subiendo. ¿Quién se lleva ese pedazo de la torta si eso ocurre?", preguntó.
El estudio que encarará el Cuesta Duarte también pretenderá analizar la masa salarial en su conjunto, la incidencia de diversos factores en la inflación y los márgenes de ganancia de las empresas. "Si los salarios inciden en un 20% en la inflación, quién controla a quienes son responsables del restante 80%", razonó.
El gobierno pretende que los aumentos salariales estén directamente vinculados al crecimiento de cada sector de la actividad y a la productividad. "Hay sectores donde eso no se puede medir. El aumento para un salario de 10, 12 o 14 mil pesos debe surgir de una decisión política", afirmó.
La Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines (Foica), con 17 mil trabajadores, negociará salarios el año próximo. Su representante sindical, Luis Muñoz, dijo a El País que el sector espera obtener un aumento salarial mayor al que firmó en 2010 y que fue del 3% anual en promedio.
"Hoy Uruguay puede elegir a quién venderle carne. En este sector hay que apostar al valor agregado y la productividad. Nosotros, como trabajadores, creemos que podemos tener un muy buen aumento en la negociación del año próximo y nos preocupa que el gobierno caiga en vetar aquellos aumentos que se salen de su lineamiento", dijo Muñoz.
"Todos sabemos que la industria sube los precios un mes antes de negociar salarios. Además, hay precios de exportación que inciden y mucho y que los termina pagando el pueblo. Los industriales, aun faenando menos mantienen sus márgenes de ganancia. Nosotros no queremos ganar como ellos, pero está claro que nuestros salarios no crecen como crecen sus ganancias. Este problema de la inflación es del gobierno y no de los trabajadores ni de su salario", afirmó.

GONZALO TERRA / El País Digital

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